miércoles, 2 de enero de 2013

BIII-P3


TEXTOS LITERARIOS.

ESTRUCTURA DE LA HISTORIA.

Un texto narrativo involucra una serie de acontecimientos que los personajes toman a su cargo. Tales acontecimientos se manifiestan mediante acciones y cadenas de acciones a las que se denomina secuencias.

 
v  Principio. Señala la situación inicial lógicamente anterior al momento en que ocurrieron los hechos más fuertes en la significación del relato.

v  Desarrollo. Todo relato se dinamiza a partir de ciertas fuerzas en oposición respetadas por los personajes; tal fase nos señala el conflicto y precisa el tipo de problemática que la narración hace relevante en su desarrollo.

v  Desenlace. Esta última fase del relato señala la posición final en que se declararon las fuerzas en conflicto.


IMPORTANCIA DE LA LECTURA DE TEXTOS LITERARIOS.

"El hombre que no tiene la costumbre de leer está apresado en un mundo inmediato, con respecto al tiempo y al espacio. Su vida cae en una rutina fija; está limitado al contacto y a la conversación con unos pocos amigos y conocidos, y sólo ve lo que ocurre en su vecindad inmediata. No tiene forma de escapar de esa prisión. [...]

En cuanto al sabor del discurso, todo depende de la forma de leer. Que uno tenga sabor o no cuando habla, depende de su método de lectura. Si un lector obtiene el sabor de los libros, demostrará ese sabor en sus conversaciones, y si tiene sabor en sus conversaciones no podrá menos que tener sabor en lo que escribe”.

"A la lectura se le suelen asignar funciones relacionadas con lo cognoscitivo, lo afectivo y lo activo, es decir, con los tres ámbitos de la realización personal [...]

Hay, sin embargo, otra función de la lectura no menos importante que las anteriores: su función social. Es un hecho que hay una fuerte correlación entre los hábitos de lectura de un pueblo y su desarrollo material y social. Las personas que no leen tienden a ser rígidas en sus ideas y acciones, y a guiar sus vidas y su trabajo por lo que se les trasmite directamente. La persona que lee abre su mundo [. . .]

El hábito de la lectura tiende a formar personas abiertas al cambio, orientadas hacia el futuro, capaces de valorar la planificación y aceptar principios científicos y técnicos".

 
TEXTOS LITERARIOS.
  1. Los textos literarios tienen una función estética, es decir, pretenden crear belleza a partir del lenguaje, donde el mensaje tiene una mayor importancia que el contenido del texto y se utiliza un vocabulario selecto y una serie de recursos lingüísticos tales como las figuras literarias. Ejemplo: “y yo me la llevé al río, / creyendo que era mozuela, / pero tenía marido.” (Federico García Lorca)
  2. Exigen al lector del texto el uso de su imaginación para la comprensión del mismo y para captar el sentido integro de este. Ejemplo: "qué vanidad, señor, la del cangrejo, a pesar de ser feo, gordo y viejo! Camina de costado, mirando con cuidado por si llega a pasar junto a un espejo" (María Elena Walsh).
  3. El lector es una parte fundamental del texto, ya que es él el encargado de unir las diferentes partes de la obra y darle un significado.

LITERATURA Y CULTURA.

A Roland Barthes en una ocasión que le preguntaron por el significado de la literatura dijo que Literature makes the meaning and the meaning makes life [2]; esto es, que la literatura es creadora de significado y el significado es a su vez creador de vida y de sentido.

Nuestra identidad se fragua a partir de lo que vivimos y una parte de esa vida está constituida por nuestras lecturas. El texto literario es creador de mundos que se erigen como construcciones culturales. Umberto Eco habla de “modelos de mundo” y del “mundo posible” [3]. Sin embargo, en tanto que no podemos aprehender la realidad y en consecuencia describir el mundo circundante en su totalidad, tampoco podremos establecer un mundo alternativo completo.

En el caso de la lectura de textos literarios esta actividad interactiva presenta una serie de particularidades por la relación que se establece entre quien lee y el texto leído, en tanto que éste no es sino un “mundo posible”, en términos de Umberto Eco. Lo interesante de la teoría de Eco es que según el estudioso, el mundo que crea el escritor en sus novelas es una construcción cultural. Se trata de un universo en el que “no sólo interactúan los personajes de los que el texto habla, sino también aquellos que hablan en el texto: el enunciador y el enunciatario.”, tal y como indica Foucault [8]. El lector cuando lee un texto literario se convierte en enunciatario o en narratario, “alguien a quien el narrador dirige sus palabras” [9].

Por tanto, el texto literario se erige como un complejo constructo cultural, cuya dinámica interna lo convierte en un ente independiente al tiempo que lo liga a la cultura en la que es engendrado, en tanto que el escritor lo concibe y lo escribe desde lo que es. Por ello hay que tener en cuenta por un lado, las circunstancias vitales que vive su autor cuando lo escribe, las coordenadas espacio-temporales y la cultura que le rodea. Por otro, habría que considerar el momento que en el que el lector lo lee y todo lo que eso conlleva.

Este hecho convierte al contexto en el caso de la lectura y en especial, en los textos literarios, en un elemento clave dentro del esquema comunicativo: “Inserto el texto en un acto de comunicación, se evidencian sus vínculos con la cultura (en el fondo lo que se dice es que es imposible una lectura que considere el texto en sí, sin tener en cuenta el contexto).